Solárium

La forma de ver la vida (y de vivirla) es una elección. Pero no una elección consciente. Viene determinada por la percepción y la razón, que, a su vez, son definidas por causas genéticas y sociales (medioambientales)... No es libre.

A pesar de todo, nos empeñamos en elegir. Una religión, una ideología. Aplicamos la lógica para adoptar una filosofía y dotar a nuestros actos de una supuesta calidad moral, sin pararnos a pensar en las evidentes incompatibilidades y contradicciones que se dan (sin remedio) al pegarnos etiquetas que han escrito otros.
Y dicho esto que cada cual crea lo que quiera...

Yo soy un cínico.
No un socrático que ha elegido el camino de la naturaleza. Ni un evolucionado e imperturbable estoico. Nada de Descartes, Kant o Rousseau, ni Nietzsche ni Maquiavelo...

Puedes elegir de qué color será el cristal con el que mirar al mundo y qué pensar de él (si es que piensas algo). Pero no se puede dejar de ser un cínico.

No es una opción. Como ser un bípedo, mamífero y pardo como la tierra... El Cínico Es y no puede evitarlo.

-Por favor, no me tapéis el sol.

Desde Mérida

De Emérita olvidada,
cantad, poetas con sentido acento,
la suerte desdichada y el fúnebre lamento.
Hiera las aguas y lastime el viento.

Emérita murmura su triste desventura.