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Greca

lunes, 15 de septiembre de 2008

Dédalo

[...] Ícaro ascendió y el calor del Sol derritió la cera de sus alas...

Estatua de Dédalo en el Killiney Hill ParkEsta historia me la contaron en el colegio. Probablemente de la misma forma sesgada y tendenciosa se la explicaron a miles de niños, haciéndonos creer que la falaz moraleja era no perseguir sueños imposibles. Cuanta maldad... Hoy voy a narrar la verdadera historia de las alas de cera, la historia de Dédalo:

Dédalo era un gran arquitecto griego que vivía exiliado en la isla de Creta hospedado por el rey Minos, a cuya familia deleitaba elaborando muñecos animados de madera. Pasífae, la mujer de Minos, que tenía un pequeño problema de zoofilia, llamó al arquitecto para hacerle un encargo y el ingeniero griego construyó para ella una vaca de madera que le valdría para aparearse con el apuesto toro que le quitaba el sueño. De aquella unión nació el Minotauro, vergüenza de Minos.

El Rey de Creta, enterado de lo sucedido, mandó a Dédalo construir un lugar donde encerrar al bastardo y a la adúltera, el Laberinto. Una vez finalizadas las obras encarceló a Dédalo en una torre. Posteriormente, Ícaro (hijo de Dédalo) informó a Teseo (que tenía que resolver unas incidencias diplomáticas) de los pormenores del Laberinto, lo que le valió un viaje de ida a la torre, junto a su padre.

Durante su encierro, Dédalo capturaba los pájaros que llegaban a la torre y les arrancaba algunas plumas para luego dejarlos libres. Cuando tuvo suficientes construyó dos pares de alas uniendo las plumas con hilo y cera, dándoles la forma curva de las alas de las aves.

Y he aquí que el invento de Dédalo funcionaba bien y al enseñar a su hijo las técnicas de vuelo le advirtió: no vueles demasiado bajo porque las plumas podrían mojarse, ni demasiado alto pues el calor del sol derretiría la cera. Después huyeron volando de su prisión... Pero, Ícaro, embriagado con el placer de volar, obvió los consejos paternales y ascendió, queriendo alcanzar las nubes, ansiando contemplar el paraíso. La cera de sus alas se derritió liberando las plumas que lo sostenían. Ícaro cayó al mar y murió, pero Dédalo, entristecido, consiguió llegar a Sicilia, donde fue acogido por el Rey Cócalo, poniendo desde entonces todo su conocimiento a su servicio.

Moraleja: Si lo que haces es peligroso, ¡haz caso al ingeniero!

19 comentarios:

Necio Hutopo dijo...

Moraleja 2. Si el invento no funciona bien, enventa algo que funcione mejor

Duquesa de Katmandu dijo...

Reflexión "sesuda" de las seis de la mañana:
Ojo con las desviaciones sexuales y sus posibles consecuencias mediatizadas en el tiempo.

Los hijos son así, desafiantes.

Beso,

Céfiro dijo...

Hutopo, para llegar a ese punto primero hay que probar el prototipo ;)

Duquesa, el parentesco fue la perdición de Ícaro, a otro ingeniero le habría hecho más caso.

Salud.

Marduk dijo...

Y mientras Dédalo disfrutaba de sus alitas amarillas... Ariadna sufriendo con el monstruito.

Pero qué injusto es el mundo.

Diana dijo...

Hola
He descubirto hoy tu blog y me ha agradado.
Buen cuento y buena moraleja. La de Necio Hutopo: también.
Volveré, mientras recibe un saludo desde Coruña.
Diana

Bito dijo...

XD Muy buena su moraleja.

Pero creo que el colegio no le instruyeron bien, esta historia (la oficial) no habla de perseguir los sueños, sino de no caer en la ambición desmesurada. Dédalo no impedía a su hijo volar junto al sol, sino hacerlo con esas alas, querer cogerlo todo sin pensar y sin cerebro.

Habla también de la juventud, y de cómo a los jóvenes les puede la pasión en vez de la cabeza. Como el mozo ha de aprender a refrenar ciertos impulsos que no le llevarán a nada bueno para conseguir las cosas, quizás las mismas, de una forma más pensada y exitosa.

Un saludo,

Céfiro dijo...

Marduk, si que es injusto, pero te recuerdo que Ariadna era hermana del monstruito y convenció al enamoradizo Teseo para hacer el trabajo sucio ;)

Diana, gracias por la visita y el saludo. Me alegra que te haya gustado mi espacio y mis letras, vuelve cuando quieras.

Bito, el problema es que me contaron esta leyenda como la historia de Ícaro y al narrador se le olvidó mencionar a Dédalo, con lo que el cuento quedaba así:

Un tipo (Ícaro) construye alas porque ansía volar y, al coger altura, el sol (la fuerza divina) derrite la cera que une las plumas haciéndole caer al mar donde muere ahogado.

Salud.

Pd: hagan la prueba y pregunten a sus amigos qué saben de Ícaro, haber cuántos mencionan a Dédalo.

Revista Calma ¡Participa! dijo...

La experiencia es la madre de todas la ciencia.

Jesús

Borrasca dijo...

Otro Céfiro que escribe muy bien, será cuestión de nombre??? No lo creo, debe ser tu esencia...

Me ha gustado mucho tu blog, volveré

Besos borrascosos

josé javier dijo...

Saludos querido hermano. Bonito blog... y bonito nombre.
Seguiremos tu ruta. Un saludo. J.J.

Céfiro dijo...

Comandante, y la imaginación es el padre.

Borrasca, gracias, ¿será el ímpetu fructificador? ;). Vuelve cuando quieras.

José Javier, gracias también a ti, nos leeremos pues.

Salud.

Duquesa de Katmandu dijo...

Yo sólo sé dos cosas de Ícaro de sentido común, nomás (disculpe la insistencia comentadoril): una es que se quemó las alas porque quiso volar demasiado alto, y al otra es que hay una muy linda canción de la década del sesenta que así lo dice.

Beso,

Céfiro dijo...

Duquesa, su insistencia comentadoril no tiene que ser perdonada, sino alentada.

¿Mencionan a Dédalo en esa canción?

Salud.

Duquesa de Katmandu dijo...

Uy, tendría que traducirla del inglés para saber si lo mencionan... Infiero que no. (Esos músicos eran gentes poco leídas, hippies jovenzuelos de poca monta).
No logro subirla a mi blog por desconocimientos tecnológicos varios, de otro modo, formaría parte indiscutida de mi tiranía musical.

Beso,

Bito dijo...

Hummm... bueno, yo tengo clásicas y muchos de mis amigos también, así que mejor no les pregunto ya que echaré abajo toda su estadística.

Por cierto, no tengo ni idea como hay que publicar en "prohibido callar". Creo que cuando me leí el post de JOPO sólo me enteré a medias de la tarea.

Un saludo,

Céfiro dijo...

Duquesa, no deje que unos problemillas técnicos obstaculicen su tiranía musical... Usted pregunte y ya veremos qué se puede hacer.

Bito, jeje, las estadísticas es lo que tienen, enseguida se vienen abajo por hacer encuestas endogámicas ;)

Salud.

Duquesa de Katmandu dijo...

Y ya llegando a mi récord de comentarios en blogs ajenos, le cuento que subí la cancioncita mencionada pero no en la tiranía musical, sino suelta, como flotando en el blog.
Me parece que a Dédalo no lo mencionan...

Beso,

Amapola dijo...

Sabía de la historia es más tengo un montaje fotográfico cayendo al mar..........
saludos y gracias por recordarmela

Céfiro dijo...

Amapola, gracias a tí por leerlo, vuelve cuando quieras.

Salud.