Cargando Viento de Oeste
...Soplando...
Greca

jueves, 25 de septiembre de 2008

Amor de Verano

Te di lo mejor de mí,
todo lo que tenía.


Te escuchaba soñar
y reír con la vida.


Te ofrecí caminos y aventura,
senderos de pasión.


Te vi caer y levantarte,
yo caía contigo.


Te llevé a mil destinos,
los que tú señalabas.


Te endurecí glúteos y corazón,
esculpía tu alma.


Te mostré el final del estío
y ahora me abandonas.




Triste Orbea

lunes, 22 de septiembre de 2008

Equinoccio de Septiembre

Se enamoró de él desde el primer momento en que le vio, enseguida supo que quería pasar la eternidad junto a su príncipe, oscuro pero príncipe... no, él era Rey.

Ese aire de chico malo, esa mirada tenebrosa que la había cautivado, ese ardor... Su madre ya debía haberse enterado y, probablemente, tendría un ataque de histeria que dejaría paso a una fría y destructiva cólera, jamás aceptaría a un chico como ese.

Su padre era diferente, un libertino pansexual que disfrutaba con las más extrañas perversiones. Fue él quien los presento, “he conocido a un chico majo” le había dicho.

Huyó con él. Era su vida y tenía derecho a vivirla como quisiera. Bajó al infierno con su Rey, pero la tristeza de su madre asoló la tierra, el mundo se volvió frío y estéril, hasta el Sol se quedó sin fuerzas. La tristeza de una madre a la que han arrebatado lo que más quería estaba destruyendo el mundo.

-Vallamos a ver a tu madre, – propuso el bondadoso señor del inframundo mientras jugueteaba con Cerbero, el cachorrito de tres cabezas –ella lo entenderá.
-No, no lo entenderá – sollozó Perséfone –.Es por mi padre, ella no confía en los hombres por su culpa.
-Yo no soy como Zeus. Yo soy responsable y fiel... pediré a mi amigo Caronte que hable con ella.
-No, yo hablaré con ella. Es mi madre.
-Pero... no te dejará volver.

Cuando Deméter la vio sus ojos se humedecieron por la emoción, rompió a llorar de alegría y sus lágrimas devolvieron la vida a la tierra. Las praderas se llenaron de flores y los árboles dieron fruto. Los osos despertaron y bailaron a su alrededor, todos los seres vivos celebraron el reencuentro. Durante seis meses la felicidad de una madre que ha recuperado a su hijita lleno de luz y amor al mundo.

Perséfone debía volver con Hades y su madre la dejó partir. Deméter sabía que era mentira, todo eso del secuestro y las pepitas de granada... Todo mentira, las madres siempre lo saben. También sabía que la culpa era de Zeus y en adelante se encargaría de hacérselo pagar, Hera la ayudaría.

-Sólo seis meses, madre- Perséfone trato de animarla.
-Cuando tú vuelvas, volverán las flores- sentenció Deméter.






Hoy a las 17:44 hora peninsular española (15:44 UTC) Perséfone volverá al inframundo y Deméter verterá su melancolía sobre nosotros una vez más... Feliz otoño.

A todos los que estéis en el Hemisferio Sur, feliz primavera.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Desiderata

Estación de Atocha, Madrid


¡Silencio!
Quiero ver tu palabra
y sentir tus acentos,
quiero pararme en tus comas
para borrar mis lamentos.


¡Escribe!
Quiero oír tu silencio
al notar en suspenso
que vivo dentro de un sueño,
que sólo soy lo que pienso.



¡Vive!
Quiero ser lo que escribes
para poder recordar,
quiero andar el camino,
quiero volverme y mirar.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Dédalo

[...] Ícaro ascendió y el calor del Sol derritió la cera de sus alas...

Estatua de Dédalo en el Killiney Hill ParkEsta historia me la contaron en el colegio. Probablemente de la misma forma sesgada y tendenciosa se la explicaron a miles de niños, haciéndonos creer que la falaz moraleja era no perseguir sueños imposibles. Cuanta maldad... Hoy voy a narrar la verdadera historia de las alas de cera, la historia de Dédalo:

Dédalo era un gran arquitecto griego que vivía exiliado en la isla de Creta hospedado por el rey Minos, a cuya familia deleitaba elaborando muñecos animados de madera. Pasífae, la mujer de Minos, que tenía un pequeño problema de zoofilia, llamó al arquitecto para hacerle un encargo y el ingeniero griego construyó para ella una vaca de madera que le valdría para aparearse con el apuesto toro que le quitaba el sueño. De aquella unión nació el Minotauro, vergüenza de Minos.

El Rey de Creta, enterado de lo sucedido, mandó a Dédalo construir un lugar donde encerrar al bastardo y a la adúltera, el Laberinto. Una vez finalizadas las obras encarceló a Dédalo en una torre. Posteriormente, Ícaro (hijo de Dédalo) informó a Teseo (que tenía que resolver unas incidencias diplomáticas) de los pormenores del Laberinto, lo que le valió un viaje de ida a la torre, junto a su padre.

Durante su encierro, Dédalo capturaba los pájaros que llegaban a la torre y les arrancaba algunas plumas para luego dejarlos libres. Cuando tuvo suficientes construyó dos pares de alas uniendo las plumas con hilo y cera, dándoles la forma curva de las alas de las aves.

Y he aquí que el invento de Dédalo funcionaba bien y al enseñar a su hijo las técnicas de vuelo le advirtió: no vueles demasiado bajo porque las plumas podrían mojarse, ni demasiado alto pues el calor del sol derretiría la cera. Después huyeron volando de su prisión... Pero, Ícaro, embriagado con el placer de volar, obvió los consejos paternales y ascendió, queriendo alcanzar las nubes, ansiando contemplar el paraíso. La cera de sus alas se derritió liberando las plumas que lo sostenían. Ícaro cayó al mar y murió, pero Dédalo, entristecido, consiguió llegar a Sicilia, donde fue acogido por el Rey Cócalo, poniendo desde entonces todo su conocimiento a su servicio.

Moraleja: Si lo que haces es peligroso, ¡haz caso al ingeniero!

viernes, 12 de septiembre de 2008

Brotes de Caos

Piramide en el cementerio de Mérida
La oscuridad impulsa el deseo, anhelo del alma aletargada, energía latente, elementos divergentes que convergen en Morfeo. Razón desbocada cargada de honor, orgullo y pasión; augurios lejanos recuerdan al viento antiguos lamentos, canciones de antaño, regresan del bosque de los avellanos. Vagan marchitos los sueños de aquellos que fueron normales, perdida memoria huida del fuego en mentes letales. Concluye un tiempo al final del evo, llegó Ragnarok.
Volverá el mar, lloraremos hasta el silencio, guiados por la paciencia, como ángeles caídos de un cielo apagado. Pescadores en Estigia lanzando sus redes, animales libres en un mundo sin paredes.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Versos Húmedos II

Rio Matachel
Caminos azules a través del espejo
que enseña a la vida mi alma desnuda
y el cálido abrazo que observa la Luna,
caminos soñados que añoran tus besos.

Cantan mi sino por una noche serena
en que bailan los seres que sienten la piedra.
Jalean hazañas espíritus de hiedra,
Cantan y beben por las ánimas nuevas.

Doblan campanas la muerte de un sueño:
“Dejó amigos, dejó hijos, Fé y templanza.
Fueron largos y felices días de esperanza.
Robaron su vida secuaces del tiempo”

domingo, 7 de septiembre de 2008

Pantano de Alange

Pantano de Alange
Alange es un pequeño pueblo de la comarca de Mérida habitado por poco más de 2000 almas humanas.

Cerro de la CulebraEl municipio está situado a los pies del Cerro de la Culebra, cuya cima está presidida por los restos de un castillo musulmán del siglo IX.

Cuenta con un balneario de aguas medicinales que integra unas termas de origen romano; y, desde 1990, una presa retiene el agua del río Matachel... convirtiendo la zona en un lugar de esparcimiento acuático.

Las crestas de piedra cuarcita, que afloran en la falda del Cerro de la Culebra, son un excelente lugar para la práctica de la escalada, contando con cerca de 200 rutas equipadas para la escalada deportiva y varias decenas de vías clásicas.

La presa de Alange tiene una longitud de 720 m y una altura de 67,3 m. Puede llegar a embalsar 825 hm³ de agua, esparcida por una superficie de 5140 hectáreas. Si pasan por aquí no duden en visitar esta gran extensión de relax en estado líquido.

Presa de Alange